El envejecimiento de la población y de la fuerza laboral, sumado a la alta informalidad y las pérdidas sociales por mortalidad prematura, representan un desafío que no puede ser ignorado en el Ecuador.
Al igual que en muchos otros países de la región, Ecuador experimenta cambios demográficos significativos1. Para comprender mejor este fenómeno, es útil visualizar el Gráfico 1, que presenta indicadores estadísticos relevantes basados en estimaciones desde 1950 hasta 2022, así como proyecciones hasta 20502.
La Tasa Bruta de Natalidad (TBN por cada 1.000 habitantes) ha mostrado una disminución sostenida y se estima que esta tendencia continúe.
La Tasa Bruta de Natalidad (TBN por cada 1.000 habitantes) ha mostrado una disminución sostenida y se estima que esta tendencia continúe. Para 2030, se proyecta una TBN de 13,6 nacimientos por cada 1.000 habitantes, evidenciando un descenso en comparación con décadas anteriores, cuando en 2010 se registraban 22,5 nacimientos por cada 1.000 habitantes. De manera similar, la Tasa Bruta de Mortalidad (TBM por cada 1.000 habitantes) ha mostrado una tendencia decreciente desde 1950 hasta el año 2000 y estabilidad hasta nuestros días. A pesar del exceso de mortalidad causado por la pandemia de la COVID-19 (8,1 muertes por cada 1.000 habitantes), se proyecta una ligera tendencia ascendente hasta 2050. Como resultado, se observa un incremento en la edad promedio (EP) de la población ecuatoriana. La EP ha aumentado de 23,1 años en 1970 a 31,4 años en 2022, y se proyecta que para 2030 alcance los 34,3 años.

Fuente: The Global Findex Database 2025: Connectivity and Financial Inclusion in the Digital Economy.
Aunque no hay un umbral fijo, la edad considerada como adulto mayor dentro de la fuerza laboral suele ubicarse entre 55 y 64 años3,4. Como se puede observar en el Gráfico 2, el número de personas adultas mayores ha crecido de forma sostenida, de 0,21 millones en 1950 a 1,32 millones en 2022. En 2050 se situará en 2,61 millones, lo que representa un aumento de más de 12 veces en un siglo. El porcentaje de personas adultas mayores en relación con la población en edad laboral (15-64 años) crecerá de forma similar en mujeres y hombres. Para 2050, se estima que alcanzará el 19,5% en mujeres y el 18,4% en hombres2.

Fuente: The Global Findex Database 2025: Connectivity and Financial Inclusion in the Digital Economy.
Del mismo modo, una parte significativa de la población se encuentra en situación de empleo informal5,6. El Gráfico 3 revela que, en los últimos años, la proporción de empleo informal ha ido en aumento de manera sostenida, especialmente entre los más jóvenes y las personas de mayor edad. Las personas adultas mayores presentan los porcentajes más altos de empleo informal. Un punto de inflexión se observa con la pandemia de la COVID-19, cuando pasó del 52% en 2019 al 57% en 2020, marcando una aceleración en la tendencia de informalidad, que alcanzó el 64% en 2024.

Fuente: The Global Findex Database 2025: Connectivity and Financial Inclusion in the Digital Economy.
Diversos organismos internacionales han señalado que, a partir de los 55 años, las personas constituyen un grupo particularmente vulnerable. Esta condición se atribuye, por una parte, al deterioro progresivo de la respuesta inmunológica, un proceso fisiológico inherente al envejecimiento, y, por otra, a la exposición acumulativa a factores de riesgo ambientales y ocupacionales a lo largo de la vida laboral. Asimismo, el proceso de envejecimiento implica modificaciones biomecánicas, cognitivas y psicosociales que pueden afectar la capacidad laboral. En consecuencia, este grupo etario podría experimentar una mayor susceptibilidad a los efectos adversos para la salud en comparación con el grupo previo7.
En 2023, las principales atenciones hospitalarias en personas adultas mayores de entre 55 y 64 años se debieron a enfermedades del sistema digestivo (23,8%), neoplasias (15,3%), enfermedades del aparato genitourinario (13,8%) y lesiones por traumatismos (12,4%)8. Asimismo, para este mismo año, se registraron un total de 7.966 defunciones para este grupo etario9, lo que equivale al 8,9% del total de fallecimientos en el país y al 27,4% en relación con la población en edad laboral (15-64 años). Las principales causas de muerte fueron las enfermedades del sistema circulatorio (24,9%), seguidas por las neoplasias (24,0%). Las causas externas (15,4%) contribuyeron de manera significativa a la mortalidad en este grupo etario.
La carga social por mortalidad prematura en este grupo etario, medida en términos de años de vida laboral perdidos (AVPL) con un límite de edad de 65 años10, asciende a 335.330 años entre 2019 y 2023. Según se muestra en el Gráfico 4, en 2023 se cuantifican 7.474 AVPL más que en 2019, lo que representa un incremento del 15,8%. Además, la tasa de AVPL mostró un ligero aumento, pasando de 38,4 por cada 1.000 personas en 2019 a 40,3 por cada 1.000 personas en 2023.

Fuente: The Global Findex Database 2025: Connectivity and Financial Inclusion in the Digital Economy.
En un contexto de creciente vulnerabilidad social, económica y sanitaria para las personas adultas mayores, la formulación de acciones efectivas representa un desafío complejo y apremiante. No obstante, es imperativo que el debate sobre este tema cobre mayor relevancia en la agenda pública, con el fin de garantizar que el envejecimiento no se convierta en sinónimo de desprotección y exclusión social, y de reducir la mortalidad prematura en personas que aún se encuentran en etapa productiva.
Ante este panorama, sintetizado en diversos gráficos, es esencial abordar dos aspectos clave: la integración de los adultos mayores al empleo formal y la posibilidad de ampliar la edad de jubilación2. Sin embargo, esta última debe ir acompañada de mejoras sustanciales en las condiciones laborales, asegurando que los trabajadores de mayor edad puedan continuar desempeñando sus funciones sin comprometer su salud ni su bienestar “Envejecimiento Saludable”.
- Velín-Fárez, M. (2021). Population and labor dynamics in large informal markets: Implications for pension systems with evidence from Ecuador. Contemporary Economics, 15(2), 164-186. https://ssrn.com/abstract=3850604 ↩︎
- Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2024). Estimaciones y Proyecciones de Población. INEC,
Ecuador. https://www.ecuadorencifras.gob.ec/proyecciones-poblacionales/ ↩︎ - McCarthy, J., Heraty, N., Cross, C., & Cleveland, J. N. (2014). Who is considered an ‘older worker’? Extending our conceptualisation of ‘older’ from an organisational decision maker perspective. Human Resource Management Journal, 24(4), 374–393. https://doi.org/10.1111/1748-8583.12041 ↩︎
- European Agency for Safety and Health at Work. (2023). Older workers. EU-OSHA. https://oshwiki.osha.europa.eu/en/themes/older-workers ↩︎
- Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2024). Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU). INEC, Ecuador. https://www.ecuadorencifras.gob.ec/enemdu-anual/ ↩︎
- Organización Internacional del Trabajo. (2025). Juventud en cambio: Desafíos y oportunidades en el mercado laboral de América Latina y el Caribe. OIT. https://www.ilo.org/sites/default/files/2025- 02/Informe%20juventud%20en%20cambio%202025.pdf ↩︎
- Peng, L., Chan, A., & Chan, A. (2019). A meta-analysis of the relationship between ageing and occupational safety and health. Safety Science, 112, 162-172. https://doi.org/10.1016/j.ssci.2018.10.030 ↩︎
- Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2024). Registro Estadístico de Camas y Egresos Hospitalarios. INEC, Ecuador. https://www.ecuadorencifras.gob.ec/camas-y-egresos-hospitalarios/ ↩︎
- Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2023). Registro Estadístico de Defunciones Generales.
INEC, Ecuador. https://www.ecuadorencifras.gob.ec/defunciones-generales/ ↩︎ - Shiri, R., Hiilamo, A., & Lallukka, T. (2021). Indicators and determinants of the years of working life lost: A narrative review. Scandinavian Journal of Public Health, 49(6), 666–674. https://doi.org/10.1177/1403494821993669 ↩︎
